viernes, 19 de junio de 2015

No culpemos siempre al restaurante, el estrés también engorda



  No le echemos siempre al restaurante las culpas de un aumento de peso. Es cierto que en una buena y disfrutando de una excelente receta preparada por un profesional de la cocina, disfrutamos lo que no está escrito, pero igual que algunas veces comemos por aburrimiento, otras también lo hacemos para evitar la ansiedad, y para esos momentos solemos elegir alimentos altamente calóricos, ricos en grasas y azúcares. 
Según un estudio clínico sobre medicina del comportamiento, el estrés está asociado con el impulso de comer y la elección de alimentos apetecibles, pero escasamente nutritivos.
    El cerebro activa su centro de recompensa cuando ingerimos este tipo de comidas, mientras que una exposición al estrés prolongada en el tiempo afecta a la regulación cerebral de nuestros impulsos y emociones, lo que reduce nuestra capacidad de controlarnos.

   Por otra parte, independientemente de si comemos más o menos, el estrés puede hacernos quemar menos grasas. En una investigación realizada en la Universidad Estatal de Ohio (USA), se observó que las mujeres con estrés quemaron 104 calorías menos, al ingerir una hamburguesa grande de comida rápida, que el resto de mujeres no estresadas.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario