A la hora de descorchar una botella de vino, aunque sea para disfrute personal en casa, es conveniente acostumbrarnos a seguir la rutina que está aceptada generalmente por los buenos sumillers; beber un vino a solas y en día laborable no ha de ser motivo para que no disfrutemos al máximo de tan preciado producto natural; pero más aún en estos días de fiestas tan entrañables en que, a buen seguro, tendremos ocasión de hacer los honores a nuestros invitados. Hemos de ser conscientes de que beber un buen tinto en cada comida, en las medidas apropiadas, es salud para nuestro corazón.
Un mal recorte de la cápsula perjudicaría el aspecto estético del cuello de la botella. Un sacacorchos mal adaptado o una mala técnica, haría correr el riesgo de estropear el tapón y hacer caer impurezas en el vino...
Pasos a seguir
Con la hoja de un cuchillo cortar la cápsula, bien a media altura o por debajo del anillo (reborde protuberante en la parte superior del cuello de la botella).
Se evita así cualquier contacto ulterior del vino con la cápsula metálica.
Sacar el corcho con un sacacorchos. Cuando el tapón está prácticamente fuera del cuello, se extrae con la mano con un ligero movimiento inclinado y hacia un lado, evitando el ruido del descorche.
Después de haber sacado el corcho se debe secar el cuello y la boca de la botella con una servilleta para eliminar las eventuales impurezas y pelusas.
Es importante oler el corcho, ya que si presenta un olor desagradable se corre el peligro de que el vino también tenga un defecto.
Se ofrece una pequeña cantidad al anfitrión para que, tras su cata, autorice el servicio.
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